La primera vez que oí hablar de la meditación, me imaginé a monjes budistas en un templo del Tíbet dedicando su vida única y exclusivamente a eso, a meditar. Pensaba que no era compatible con otras actividades, como que solo podías lograr esa Paz Interior dedicando el 100% de tu tiempo a meditar.
Ahora, después de muchos años, he aprendido dos cosas:
- SÍ es compatible con otras actividades diarias
- NO hace falta tener como meta lograr la iluminación absoluta para disfrutar de los beneficios
Si tú también crees que debe ser todo perfecto y casi platónico para comenzar a meditar y ese es el motivo por el que lo sigues posponiendo, ¡aquí te dejo unos tips geniales que te permitirán derribar esos mitos que te están frenando! Para ello, me he puesto en contacto con una experta en mindfulness fabulosa, a la que a lo mejor ya conoces de otras ocasiones: ¡es Ángela Torrano! 🙂
Como te digo, ella es experta en meditación y mindfulness, que es el tipo de meditación dirigida hacia la atención plena. Y hay cierta base teórica que es necesario que conozcas pero, sin duda, la gran diferencia llegará cuando dediques 5-10 minutos de tu día a esta actividad.
Lo esencial que debes saber son estas 3 ideas:
- La postura no tiene por qué ser sentado con las piernas cruzadas, como hemos visto siempre. Lo único obligatorio es que sea cómoda y relajada, con la espalda alineada y sin tensión (pero no tanto como para dormirse).
- En cuanto a la respiración, ésta ha de ser más calmada y más profunda que la que tenemos habitualmente; así nos oxigenaremos correctamente y estará contribuyendo a equilibrar nuestro sistema nervioso.
- Por último, tienes que saber que el mindfulness trata de prestar atención en el momento presente, sin juicios (ni cuando sientas que lo estás haciendo bien ni cuando sientas lo contrario, aunque ya verás que no hay práctica mal hecha, porque esa solo es la que no se realiza).
Nuestra mente está altamente sobreestimulada a día de hoy, tenemos mil focos de atención casi siempre y eso nos impide lograr conectar con el momento presente (porque muchos de esos focos también son de sucesos pasados o futuros). Para ello, habrá muchas personas que pensarán: “lo mejor es dejar la mente en blanco”. Meeeeec, error.Mindfulness no trata de dejar la mente en blanco, sino de centrar nuestra atención en una tarea, pero solo en una, y no en muchas, como pasa actualmente. Es un entrenamiento que, al principio, resultará más complicado porque, al fin y al cabo, es algo que no estamos acostumbrados a hacer y los nuevos hábitos pueden costar esfuerzo.
Para ello, te animamos a comenzar por la respiración, centrándote en ella mientras tienes la postura adecuada. Te llegarán pensamientos sobre otros temas, y aquí viene lo importante: no te juzgues. No lo estás haciendo mal, es natural que tu cerebro te siga enviando información, agradece que eso esté ocurriendo y aparta ese pensamiento con cariño para hacerle caso más tarde volviendo a llevar la atención a la respiración o la actividad que estás realizando.
Con el tiempo irás notando que, con la práctica, lograrás estar más minutos seguidos sin pensamientos que no tengan que ver con tu respiración del momento presente o la actividad que realizas, y sentirás que las actividades de tu día a día las puedes llevar a cabo con más tranquilidad mental, sin tanta distracción.Para que inicies hoy, ya que conoces estos tres puntos tan importantes, te dejo aquí el acceso a una meditación guiada gratuita que Ángela nos ha regalado para que la disfrutes y una clase de 90 minutos que damos juntos en la que aprenderás cómo empezar a meditar paso a paso. 🙂
Además, por si quieres conocerla mejor, te dejo aquí el vídeo que hice con ella donde te contamos lo imprescindible para empezar a meditar. 🙂
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